Publicado en Textos escritos por Izarbe

Las políticas de privacidad y protección de datos de Facebook

Cada vez que un usuario busca un producto en la web o visita una página cualquiera esta cediendo, sin saberlo, sus datos a miles de empresas. Estas empresas almacenan los datos para generar una publicidad personalizada al usuario.

En el caso de Facebook, hay un gran desconocimiento sobre dónde van a parar los datos de los usuarios y de qué se hace con ellos, esto a llevado a países como Alemania e Irlanda a redactar informes sobre el grado de intromisión de la compañía. Con un simple «me gusta» otra persona, entidad o gobierno puede predecir cosas tan importantes como nuestra identidad sexual o ideología política, pero no somos conscientes de ello. De hecho, solo por crearnos una cuenta ya estamos cediendo nuestros datos de por vida: «Nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook» (Licencia y términos de Facebook). Es importante saber que cuando desactivamos nuestra cuenta de Facebook la compañía no borra ninguno de nuestros datos, de hecho si pasado un tiempo decidimos volver a activarla todos lo que teníamos publicado reaparecerá, Zuckerberg no ha querido decir durante cuanto tiempo Facebook guarda esta información pero según el, se acaba borrando.

La legislación española permite que un usuario pueda solicitar el derecho al olvido y que cualquier empresa tenga que borrar los datos del usuario, sin embargo es un proceso largo y tedioso.

Facebook se ha visto englobado en varias polémicas en cuanto a su falta de transparencia en las políticas de privacidad, como la que generó la tecnología del reconocimiento facial. Este reconocimiento es una actualización que permite a Facebook estudiar los rasgos faciales de sus usuarios para luego aplicar esta tecnología al autoetiquetado de los amigos en las fotos, es decir, un usuario puede subir una foto y que automáticamente Facebook reconozca la cara de los integrantes de la misma.

Sin duda, las más grave de todas estas polémicas fue la filtración masiva de datos por parte de Facebook a la empresa Cambridge Analytica, en cuyo juicio, Mark Zuckerberg llegó a admitir que rastreaba la navegación de los usuarios después de que estos hayan salido de la red social, esto era posible mediante las cookies.

Mark Zuckerberg asegura que no vende los datos de los usuarios de Facebook a las empresas pero estas si le comentan cuál es su público objetivo y la red social coloca sus anuncios en el perfil de los usuarios que cree que podría formar parte de este público (basando en la información que estos han compartido).

Si un usuario fuera informado de que al crearse una cuenta de Facebook sus datos van a ser rastreados, filtrados o almacenados, y de las políticas tan poco transparentes de la compañía, probablemente no se crearía una cuenta. El problema es que el usuario nunca lee los términos y condiciones de las redes, pero estos, a parte de ser de una gran extensión, son elaborados con un lenguaje muy formal al que gran parte de la población le va a costar entender (y no es casualidad). Las redes deben informar correctamente y de manera sencilla sus políticas de privacidad y dejar entrometerse descaradamente en la vida del usuario guardando los datos de sus interacciones. También deben realizar el ejercicio de protección de datos rigurosamente, comprometiendose a no venderlos ni compartirlos.

Bibliografía:

Tello, Lucía «Intimidad y «extimidad» en las redes sociales. Las demarcaciones éticas de Facebook», 2013 http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/7060/Intimidad_y_extimidad.pdf?sequence=2

De Sancha Rojo, María «12 revelaciones de Mark Zuckerberg sobre cómo funciona Facebook», 2018 https://www.huffingtonpost.es/2018/04/10/12-revelaciones-de-mark-zuckerberg-sobre-como-funciona-facebook_a_23408221/?utm_hp_ref=es-homepage